miércoles, 27 de octubre de 2010

El después.


Bueno, pues parece que por fin le hemos puesto nombre al perro. Se llama TEPT o Trastorno por Estrés Postraumático. Lo que básicamente deriva en un cuadro de ansiedad, consecuencia de la exposición continuada a un evento traumático en el que la persona ha temido por la integridad física de sí misma o de aquel al que más ama. Si bien el hecho que la amenaza a la vida sea constante, extensiva en el tiempo y con permanencia en el presente, dificulta aún más el problema.
Los síntomas pueden ser varios: insomnio, irritabilidad, incapacidad para afrontar la realidad, desapego con personas de su entorno, introversión y pesimismo.

Aunque no todos los síntomas son tan evidentes. Hay personas que aparentemente hacen vida normal de puertas para afuera, refugiándose en el trabajo o en sus aficiones o con sus amigos, y alejándose de aquellos que le recuerdan el acontecimiento traumático.
Otras personas en cambio se vuelven rebeldes e impulsivas, incapaces de actuar de manera sosegada, con una repulsión casi física a las ataduras o a las preocupaciones.
Los primeros se mostrarán más huraños antes los demás, los segundos más impacientes o actuarán de manera más descontrolada, en una especie de "huida hacia adelante".

Y estos síntomas pueden manifestarse justo después del trauma o aparecer pasado ya algún tiempo. Dicho en otras palabras. Es como cuando te tuerces el tobillo y "en caliente" no lo notas y sigues corriendo, pero cuando te paras es cuando ves las estrellas. Pues aquí lo mismo, sólo que en lugar de torcedura esto ha sido una caída libre de doce meses y suma y sigue. De repente, un día te relajas y te sale toda la tensión acumulada.

Gracias a mi buena amiga cordobesa por la información; a mi nuevo amigo que también pasó por lo mismo hace unos años por su empatía y su sentido común; y a mis niñas; y a los zipi zape de la "Grama" por su compañía y sus consejos. Y cómo no, a los que nos aguantan cada día.

Y como ya dije hace unos días, a ver si cambio ya de registro, que esto en lugar de un blog empieza a parecerse cada vez más a un diván.

Un beso y un abrazo, pero de los buenos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

alucino contigo chiqui!