
No es que sea muy forofa de este judío nacido Königsberg, más conocido como Woody Allen, considerado por muchos como el mejor director de cine.
Me parece ligeramente cargante y sus personajes (como sus actores fetiche) demasiado exagerados.
Aunque confieso que he visto bastantes de sus películas. Porque quién puede escaparse a la persecución mediática de sus estrenos o a la reposición constante de su filmografía en televisión.
Además para muchos europeos sigue siendo el director más cercano a nuestro cine, ese cine raro raro y que, en general, no va a ver nadie. Unos lo llaman "de autor", aunque sería más correcto llamarlo "subvencionado".
La mejor muestra de este cine desorientado y que intentan vendernos como algo original, cuando ya está más que procesado y vuelto a procesar, es Vicky Cristina Barcelona. Realmente horrorosa. A lo Almodóvar incluso en su reparto.
Sin embargo el bueno de Allen ha tenido alguna excepción brillante. Me quedo con cuatro: Misterioso Asesinato en Manhattan, Granujas de Medio Pelo, La maldición del Escorpión de Jade y sobre todo: Match Point. Supongo que porque son películas que cuentan una historia y no se detienen únicamente en personajes histriónicos.
Y ayer vi una más que no conocía: Si la cosa funciona ("Whatever works").
No es buena, para nada. Aburrida, insistente y demasiado autobiográfica. Por lo menos a mí, el personaje principal me parece un alter ego calcado del director y la trama es ligerita total.
Pero no voy a decir lo mismo del mensaje que intenta transmitir. En eso le doy toda la razón. La vida es demasiado corta y el mundo demasiado imperfecto como para vivir amargados o con prejuicios. Haz lo que te venga en gana, sin herir a nadie eso sí, y disfruta del momento. Si la cosa funciona, ¿por qué no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario