jueves, 10 de febrero de 2011
Trinidad y la turba de Hebrón
Si hay algo que me ha llamado la atención de Trinidad Jiménez son dos cosas, una que vivió un tiempo en Israel siendo la esposa de un diplomático, y la otra que tuvo dos intentos fallidos de acceder a la Carrera Diplomática.
Y me he interesado por su biografía a raíz de la "anécdota", como ella misma la ha calificado, de esta semana en Cisjordania, cuando visitaba la ciudad de Hebrón y un centenar de judíos la abuchearon y la llamaron nazi y anti-semita.
Trini, como la llaman sus amigos, se sintió "frustrada" por no poder responder a estos "insultos". Impotente (aunque esto se guardó de decirlo) ante tanto desconocimiento de esos colonos que además de ocupar un territorio que no es el suyo no se dan cuenta que el Gobierno actual de España es el que más "pedagogía" ha hecho por acabar con ciertos estereotipos judíos.
Entonces a la Ministra se le llena la boca hablando de la creación de la Casa Sefarad-Israel, que, para los que lo desconozcan, se trata de un consorcio creado en 2006 participado por el Ministerio de Asuntos Exteriores junto con otras tres entidades, y que fueron la AECI, Agencia Española de Cooperación Internacional, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid.
Eso sí, antes de acabar la rueda de prensa, le volvió a salir la raza y el salero, y añadió que de todos modos entiende que la mayoría de la opinión pública esté a favor de la causa palestina porque es la parte más débil, y eso me da que pensar que si no aprobó el examen de ingreso a Diplomática es por algo, y que por mucho que agite su melena rubia nunca pasará de ser eso: la digna sucesora de Moratinos.
La buena de Chavela Vargas dijo una vez que si los diplomáticos cantaran no habría guerras, yo digo que con diplomáticos como estos que Dios nos pille confesados.
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4 comentarios:
Lo cierto es que el incidente ocurrió FUERA de israel. Cisjordania, conviene recordarlo NO es israel, así que esa turba de okupas estaba completamente fuera de lugar.
Un saludo cordial.
Bueno, sólo una explicación.
El problema no está tanto en instalarse fuera del propio país como en hacerlo con pretensión de que se está en el propio por alguna suerte de Derecho divino, históricos o no sé qué. En hacerlo además con apoyo del ejército y en constituirse en una especie de casta superior por encima de la población autóctona.
Eso sí que es poco democrático.
Un saludo cordial y ya no te molesto más.
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